Dirty Martini: la cara “sucia” del rey de los cocktails

Dirty Martini: la cara “sucia” del rey de los cocktails

Apenas 2 o 3 gotas de vermouth, 6 cl de gin, un twist de limón y una aceituna. Esta fórmula mágica y en apariencia sencillísima se convirtió hace décadas en el referente entre los referentes, el clásico de los clásicos, el cocktail por excelencia. El Dry Martini tiene a sus espaldas más de 150 años de historia, en los que ha conquistado a políticos (Roosevelt, Churchill, Nikita Jruschov), escritores (William Faulkner, Truman Capote), a estrellas de la gran pantalla (Bogart, Sammy Davis Jr., Dean Martin) y, como no, a James Bond. No es posible encontrar una carta de coctelería que no lo incorpore entre sus primeras referencias.

Y como todos los “grandes”, el Dry tiene decenas de variantes: Smoky Martini, Martini de chocolate, de coco, Appletini, el Gibson, Martini con vodka…  Y el que hoy nos ocupa: el Dirty Martini.

Sencillísimo, aquí os dejamos la receta, paso a paso:

En una coctelera añadimos hielo hasta cubrir 3 cuartas partes de la misma. A continuación, 6 cl de Magellan Gin, y unos 3 cl de jugo de aceitunas (se puede utilizar directamente el líquido de un bote de aceitunas, de nuestra variedad preferida).

Agitamos con energía durante unos 20 segundos. Servimos en una copa Martini helada, pasando la mezcla por un colador. Podemos añadir 2 o 3 gotas de vermouth, aunque el toque de sabor que le aporta el jugo de aceitunas ya hace de esta mezcla algo suficientemente “potente” y atractivo. Decoramos, por supuesto, con aceitunas.

¿Os animáis con la versión “sucia” del clásico Dry?


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