Visitando curiosos museos

Visitando curiosos museos

A menudo hablamos de música, pintura, literatura… de arte. Hoy queremos ver la “otra cara” de la cultura: museos peculiares que merece la pena visitar. Enseñar a amigos y familia las fotos del último viaje puede convertirse en una experiencia… ¿diferente?
Nuestra primera parada en este peculiar viaje nos lleva  a Turquía, donde podemos encontrar…. Pelo. Mucho pelo. El Museo del Cabello, ubicado en una cueva en la ciudad de Avanos, cuenta con nada más y nada menos que 16.000 mechones de mujeres de todo el mundo.

Cambiamos de tercio, país y continente. Como sabéis,  nuestro perfect serve incorpora un ingrediente muy especial: Magellan Gin, tónica, un twist de naranja y… un toque de pimienta. Si no tenéis a mano el pimentero, en Gatlinburg, Tennesse (Estados Unidos) podéis encontrar una colección de 22.000 saleros y pimenteros. Toda una oda a los sazonadores.

Si os gusta el cine y las pelis de espías, en Estados Unidos también tenéis vuestro museo: está en Washington, y podéis encontrar todos los artilugios que los “James Bond de verdad” han utilizado a lo largo de la historia. Y no sólo verlos, sino sentiros como uno de ellos, ya que el Museo Internacional del Espionaje organiza actividades para que el visitante se sienta como un auténtico miembro de un servicio secreto.

De James Bond a otro clásico del séptimo arte: Allien. Sí, la terrorífica criatura creada por H. R Giger también tiene su museo, y está en Gruyeres (Suiza). Dibujos, esculturas y un extraño bar en el que desconocemos si sirven Magellan… pero seguramente el lugar más extraño donde uno puede tomarse un trago. El techo y las sillas están formados por una especie de “columnas vertebrales” que recuerdan al cuerpo del “octavo pasajero”

En España tenemos nuestras propias “rarezas”. Si nos ponemos “macabros”, podemos visitar la colección de instrumentos de tortura de Santillana del Mar (Cantabria). Pero si lo que deseamos es deleitar nuestros sentidos, un par de interesantes propuestas: el museo del perfume en Barcelona o el museo del chocolate de Astorga.

Para los que quieran contagiarse del espíritu infantil, dos lugares muy curiosos: el museo del “Ratoncito Pérez” de Madrid, donde podemos conocer cómo era la casa habitada por este personaje creado por Luis Coloma, o  el Museu de Sa Jugueta Antiga de Sa Pobla (Mallorca) con un fondo de más de 3.000 juguetes y objetos relacionados con la infancia, un entrañable viaje al pasado para conocer cómo jugaban nuestros padres y abuelos.

 


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